jueves, 8 de octubre de 2015

Aleta de corvina al horno


La foto no hace justicia al plato, que en realidad debería llamarse puta delicia al horno. O similar.

La corvina no es el pez ese que conocen en algunos sitios del norte que pesa como unos 800 g y se compra generalmente en supermercados. No. La corvina es un bicharraco que mide casi dos metros de largo y no es raro que pase de 25 kg. Los he llegado a ver de 40. Y eso es harina de otro costal.

El señor Pepe, propietario y jefe de cocina del restaurante Salsa Brava, en Mazagón, fue el que me enseñó esta delicia, que en su carta se llama "lo mejor de la corvina". De la corvina me he comido allí un increíble arroz con cabeza de corvina y, otro día, la aleta. Lo de "otro día" sobra porque Pepe no consiente que el que pida arroz se quede con hambre, así que no es generoso, es más.

El caso es que en la pescadería "isleña", aquí en mi pueblo, Domin me dijo un día que me llevase una aleta y que la hiciese al horno con verduritas y un poco de vino y ya está. Y ahora me ve por la calle, me grita que tiene aletas y sabe que no soy capaz de no comprarlas.

Suelen pesar aldedor del kilo largo. Tiene un hueso, la espina en sí y el resto es carne magra. Carne jugosa. Carne sabrosa. Lo mejor de la corvina, en fin.

Para hacerla, recortamos el trozo que queramos en un taco, retiramos las escamas que haya, lo salamos levemente y lo metemos en una fuente de cristal. Cogemos unas papas cocidas (aunque un poco crudas), las partimos en cuatro y las metemos. Añadimos un par de cebolletas limpias y cortadas en 2 o 3 trozos (no quitarle lo verde es básico). Luego un par de tomates de pera cortados en cuatro. En un vaso pequeño pongo la mitad de manzanilla, un poco de agua y otro poco de salsa de soja. Remuevo y lo baño todo con ese líquido. Estamos hablando de un vaso de líquido para más de medio kilo de carne. Debe darle un poco de sabor, no taparle el suyo a la corvina.

Y ya está, lo metemos en el horno una media hora escasa (depende del tamaño) a unos 180-200ºC.

Cuando vayamos a sacarlo, sofreímos en una pizca de aceite unos ajitos en láminas y, cuando se empiecen a dorar, retiramos del fuego y añadimos una cucharadita de pimentón. Lo echamos en caliente por encima del pescado.

Servimos tajadas de pescado a cada comensal y ved la cara de sorpresa que se les queda. Mi suegro ha decidido que es su pescado favorito.

Tiempo: 45 minutos. Como muchísimo.

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